Viaje a Caravaca de la Cruz a la búsqueda de la familia De Cuenca

Saber de los De Cuenca en Caravaca, es conocer el trayecto de la nobleza murciana, muy bien documentado y contrastado por José Miguel Cutillas de Mora y Vicente Montojo Montojo en La Nobleza de Calatrava en la Edad Moderna.

Caravaca de la Cruz es una de las Ciudades Santas del mundo cristiano, junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana. Esto significa que tiene el privilegio de celebrar un Año Santo cada 7 años de forma permanente (en el caso de las otras ciudades, la secuencia es diferente…cada 25 años en Roma, cuando el día de Santiago cae en Domingo, en el caso de Compostela). Para aquellos que no conozcan esta zona remota del sureste español, el 2010 es Año Santo en Caravaca de la Cruz, al igual que en Santiago, y son miles los peregrinos que se acercan hasta la Basílica donde se venera la Cruz de Caravaca…y otros tantos miles de turistas, que no es lo mismo. Desde hace unos años se está trabajando para recuperar los senderos históricos por donde desde el s.XIII transitaban los peregrinos que se acercaban a esa ciudad enclavada en la frontera con el reino de Granada. Estos senderos comunican Andalucía, Castilla la Mancha, la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia con Caravaca de la Cruz. De forma paralela, desde hace unos 8 años, muchos peregrinos han dejado aparcados los tradicionales autobuses para recorrer uno de estos senderos a pie o en bicicleta. Hasta ahora se han recuperado siete caminos históricos:
- Camino del Apostol (Cartagena- Caravaca)
- Camino del Lignum Crucis (Orihuela- Caravaca)
- Camino Santiaguista (Letur- Caravaca)
- Camino del Alto Guadalentín (Águilas- Caravaca)
- Camino del Bajo Guadalentín (Mazarrón- Caravaca)
- Camino de Andalucía (Sevilla- Granada- Caravaca)
- Camino de San Juan de la Cruz (Baeza- Caravaca)

La Historia de Caravaca de la Cruz gira en torno al milagro de la aparición de la Vera Cruz en la Edad Media. Este acontecimiento histórico marcó el punto de partida de la devoción popular al Lignum Crucis y de la conversión de Caravaca en una de las ciudades jubilares a perpetuidad de la Cristiandad, junto a Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana. El Papa Juan Pablo II concedió este privilegio a Caravaca en 1998 para la celebración de un Año Jubilar cada siete años.

Tradicional todos los 2 de mayo es la popular Fiesta de los Caballos de Vino en Caravaca de la Cruz.


La Vera Cruz de Caravaca es un 'lignum crucis' de la verdadera cruz de Jesucristo. Esta cruz patriarcal posee doble brazo horizontal y mide 7 centímetros el superior y 10 cm el inferior. Bajo el brazo inferior se encuentran los dos ángeles que portaron la Vera Cruz desde Jerusalén hasta el Castillo de Caravaca. En el centro de la Vera Cruz aparece la inscripción INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudeorum = Jesús Nazareno Rey de los Judíos)( Ver la leyenda)El patrimonio arquitectónico relacionado con la Vera Cruz de Caravaca es muy rico y variado. Dentro del patrimonio religioso destaca el Santuario de la Vera Cruz, el Templete, las iglesias de la Compañía, la Soledad, la Purísima Concepción, El Salvador y el Convento del Carmen. Y dentro del patrimonio civil resalta el Castillo de Caravaca, la Torre de los Templarios y el Palacio de los Musso Muñoz de Otálora.



Los De Cuenca en Caravaca de la Cruz


El primer paso fue el de fotografiar la Casa Señorial de la familia De Cuenca Fernández Piñero en la calle de las Monjas nº 2 y su escudo de familia. Constituye una de las calles "nobles de la ciudad." En su primer tramo están casi todas las casas blasonadas por construir su lugar de residencia muchos hidalgos de la localidad. Es otra de las zonas de crecimiento de la arquitectura civil y religiosa del SXVII y XVIII, máximo exponente del barroco. Reiniciamos el paseo hasta ver el primer escudo que se observa en el lado derecho, nos muestra que la casa con el nº 2 perteneció a la familia De Cuenca Fernandez-Piñero. En esta casa nació en 1926 el escritor Caravaqueño con más proyección: Miguel Espinosa Gironés. Espinosa, que falleció en 1.956, fue el autor de obras como "Asklepios", "Escuela de Mandarines", "La Tribada Farsaria", o "La Fea Burguesía". Anteriormente a él vivió en la misma casa Martín de Cuenca Fernández Piñero ( a quien pertenece el escudo que vemos en la fachada), que en 1.722 publicó la "Historia de Carabaca" que el mismo escribiera, y que se conoce popularmente como la "Historia del Padre Cuenca", por ser este sacerdote y capellán en esa época de la iglesia del Castillo, así como miembro del Santo Tribunal de la Inquisición.

En la iglesia de Santa Clara se encuentra la Capilla de San Antonio, retablo anónimo del siglo XVII con las imágenes modernas de San Antonio de Padua, la Virgen de Fátima y santa Clara. La reja se realizó en 1913 y la capilla se restauró en 1945 gracias a D. Francisco Pozo. Originalmente parece que la capilla tuvo doble dedicación a San Judas Tadeo y San Antonio, con altar fundado en el primer cuarto del siglo XVIII por D. Martín de Cuenca Fernández-Piñero, capellán mayor de la Santa Cruz y patrono del monasterio de Santa Clara. Aquí están sepultados algunos de sus parientes como Dña. Mariana de Cuenca (su hermana), D. Sebastián García Miñarro o D. Antonio Ventura García Miñarro. Según diversos testimonios, parece que el retablo procede de la iglesia de San Francisco.
En 1800 aparece una venta al Regidor despachada desde 1663 por parte de Doña María, Doña Nicolasa (mujer de Amancio Marín de Assín Pérez), Doña Francisca (propietaria del Molino de Navares en 1812) y Doña Estefanía de Cuenca Fernández Piñero, mujer de Don Francisco de Cuenca. Esto implica que por le menos un De Cuenca estaba en primera línea de apellido hacia 1800.

Marín de Cuenca, familia en la que han recaído muchos de los antiguos mayorazgos tanto de Caravaca como de Cehegín. Formado por el enlace de doña Nicolasa de Cuenca Fernández-Piñero Fernández de Castañeda y Rubio con don Amancio Marín Ruiz de Assín Pérez de Atienza y Álvarez Castellanos. Vuelven a aparecer los nombres de Nicolasa de Cuenca y Fernández Castañeda y Amancio Marín y Ruiz de Assín en una lápida del cementerio de Cehegín como fallecidos el 27-11-1915 en Madrid la primera y el 15-9-1951 en Cehegín el segundo. También se halla la tumba de Don Santos Marín de Cuenca, fallecido el 1-04-1908 en Orihuela (el primer mencionado Amancio Marín fue uno de los dos albaceas del Excmo. Sr. Don Antonio María Martínez y Pérez de Tudela, tío de doña María del Amor Isidra Roch Martínez). Su descendencia pasó a los Marsilla de Teruel, Aguilera y Musso Muñoz.
Volviendo a Nicolasa y teniendo en cuenta que en 1800 tenía edad adulta para firmar papeles oficiales, suponiéndola a los 18 años, es imposible que pueda morir en 1915. Pertenecen pues a dos generaciones anteriores a los Nicolasa de Cuenca y Amancio Marín muertos en el s.XX repitiéndose sus nombres. Éstos dos últimos si bien pudieran ser los padres de Santos Marín de Cuenca fallecido en Orihuela en 1908 a una edad temprana y teniendo constancia de la existencia de Amancio Marín de Cuenca, fallecido en 1977 y que donó la casona de Amancio Marín y Ruiz de Assín al Hospital de la Real Piedad y Asilo de San José de Cehegín, siendo probablemente hijo del anterior, dudoso, porque hubiera perdido el segundo apellido a no ser que Santos Marín de Cuenca casara con otra de Cuenca, por ejemplo una prima, típico enlace en la historia de esta familia.).

Don Martín de Cuenca Fernández Piñero

Su obra literaria en 1722: Historia Sagrada del Compendio de las ocho maravillas del mundo

El eje de la historia

Sus hermanos: Doña Mariana de Cuenca Fernández Piñero y Don Ignacio Antonio de Cuenca Fernández Piñero (1714, enfermedad siendo adulto) se casa en Granada (1730?) con Doña María Vicente y Almirón y tuvieron por hijo a Don Diego Nicolás de Cuenca Fernández Piñero(1750?)).
Sus sobrinos: Diego Nicolás de Cuenca Fernández Piñero (de los Reales Concejos, se casó (propietario del Molino de Navares en 1755) con Tomasa Calvo de Aguilar en Granada tuvo por hijo a Don Luis de Cuenca Fernández Piñero propietario del Molino de Navares en 1809 y por hija a Doña María Ana de Cuenca (1780?)que casó en Lorca (1800?) con Don Sebastián García Miñarro y tuvieron por hijo Don Antonio Ventura Miñarro y Piñero (1801?)que casó con Doña Isabel de Cuenca Fernández Piñero, su prima)
Sus padres: Diego de Cuenca Fernández Piñero y Josefa López Miñarro
Sus primos ??: Estefanía Fernández Piñero, Nicolasa (casada con un De Cuenca), María y Francisca (Francisca de Cuenca Fernández Piñero fue propietaria del Molino de Navares en 1812). También podrían haber hijos de hermanos de Diego de Cuenca (de ahí la existencia de Don Francisco de Cuenca, marido de Nicolasa como segundo primo)
Sus abuelos: Martín de Cuenca Fernández Piñero
Sus bisabuelos: Juan de Cuenca Piñero e Isabel Ciller y Guirau
Sus tatarabuelos: Martín Fernández Piñero de Cuenca y Ana Lorente Guirau, Chico de Guzmán, natural de Cehegín.
Cuarto nieto de: Ginés Fernández Piñero y Constanza González de Vera (Ganó Ejecutoria y notoriedad en Granada el 28-6-1536.

Un artículo de don Juan Antonio Pelegrín Abellón, Doctor en Historia Moderna y Contemporánea, sobre don Alejandro de Camporedondo y su ascenso en la alta sociedad caravaqueña del siglo XVIII, dice textualmente: "Aparece como comisionado del Ayuntamiento para los ajustes de Alcabalas y Millones y como Recaudador del derecho de Aforo como apoderado del señor don Diego Melgarejo de Murcia. También es Administrador de don Juan Fernández de Quevedo y Melgares de Aguilar de los bienes que fundó a favor de su padre don Juan Fernández de Quevedo y Pacheco, el señor don Martín de Cuenca Fernández Piñero."
Intentamos averigüar donde yace tan ilustre señor y descubrimos que no es en Caravaca.

Su sepultura en Cehegín

* Empecemos desde su última restauración

Informe prelimar sobre los trabajos realizados en la Iglesia de Santa María Magdalena en
Cehegín
1. Antecedentes
Con motivo de la nueva consagración y dedicación de la iglesia de Santa María Magdalena
(Cehegín), han tenido lugar en los últimos tres años una serie de obras de mejora así como una restauración que, dado el avanzado estado de deterioro en que se encontraban las cubiertas, arcos, columnas y cimentación, fue prácticamente integral. La dirección de la obra estuvo a cargo del arquitecto A. Vera Botí y la dirección arqueológica a cargo de F. Peñalver Aroca y su equipo.
2. El comienzo de los trabajos
Los trabajos comenzaron levantando el suelo de mármol de 1933, suelo que se colocó con
una subscripción popular, por lo que tenía gran valor sentimental, y procedimos a retirarlo con sumo
cuidado.
Por informes orales de personas mayores vivas, que recordaban la iglesia antes de echar el
suelo de mármol, se tenía noticia de que el suelo de la iglesia debía ser un pavimento de barro, y que en él íbamos a encontrar varias tumbas, criptas y ladrillos con inscripciones, por lo que se
extremaron las precauciones. Una vez empezó a aparecer el suelo de barro correspondiente a los
siglos XVI y XVIII, aparecieron también losas y ladrillos con señales y signos X para señalar la
ubicación de las sepulturas. Todo esto encajaba con el contenido de la documentación consultada en el Archivo Parroquial y con lo que se conoce acerca del Antiguo Régimen, según lo cual los
enterramientos se hacían tanto dentro como fuera de la iglesia, así como que cada familia tenía un lugar concreto asignado para su enterramiento.
3. Hallazgo de las criptas
Los trabajos de excavación depararon el hallazgo de varios enterramientos.
►La Cripta Mayor o de San Pedro (situada bajo el altar mayor), que tenía entrada de
piedra en las escalinatas.
►A la izquierda del altar mayor se encontró la cripta de Nuestra Señora del Rosario,
bajo el altar de esta Virgen.
► A la derecha de la misma también hallamos otra cripta hundida y que se colmató
de escombros.
► Una tumba de piedra a los pies de la puerta de San Zenón; esta tumba pertenecía a
la familia De Cuenca Fernández Piñero, exactamente a Martín de Cuenca Fernández Piñero y sus herederos en el año 1722.
La cripta mayor o de San Pedro apareció colmatada de escombros, con toda probabilidad se
vertieron allí después de la ley de Carlos III prohibiendo enterrar en el interior de las iglesias; con
motivo de esta ley fueron trasladados los clérigos allí enterrados. La cripta del Rosario también
estaba casi cubierta de escombros, pero los cofrades nunca se trasladaron.
A través de la información documental hemos podido averiguar algo más de la familia
Fernández Piñero. Martín Fernández Piñero fue párroco de la iglesia de Santa María Magdalena, así
como caballero de la Orden de Santiago, de hecho aparece admitido en la cripta mayor o de San
Pedro. Posteriormente don Martín de Cuenca fue nombrado capellán mayor de la basílica de la Vera
Cruz y recibió sepultura en su cripta, por lo que cedió a sus tres sobrinos la otra tumba junto a la
puerta de San Zenón.
Con el pensamiento puesto en Cehegín, decidimos abandonar tan maravillosa villa en busca del reposo de Don Martín de Cuenca porque allí se asientan los últimos De Cuenca de nuestro estudio.